Comarca de La Vera

Comarca de la Vera

LA COMARCA

Cultura

C.I. Paludismo

La región de La Vera estuvo en el epicentro de la lucha contra el paludismo en los inicios del siglo XX. La malaria golpeó a la sociedad española de una forma intensa. Los efectos y la forma de combatir dicha pandemia se pueden conocer de forma directa en el Centro de Interpretación del Paludismo, situado el paraje de El Robledo dentro del municipio de Losar de la Vera, Cáceres.

La entrada al mismo es gratuita y está abierto durante todo el año. Los horarios varían de invierno a verano.

 

Consultar la web: paludismolosar.com

Gastronomía

Conyegar cordero

La gastronomía tradicional de La Vera se podría definir como una cocina honesta basada en la acertada combinación de ingredientes sencillos. Así se obtienen platos de sorprendente sabor pese a la sencillez de su preparación. Laurel, tomillo, pimentón, guindilla o ajo son algunos de sus secretos.

No es una cocina sofisticada, ni pretende serlo, eso sí, es nutritiva y deliciosa. Desde los guisos de legumbres en invierno hasta el rin-ran en verano, la cocina verata transita por las estaciones con preparaciones donde el cerdo, el bacalao, la caza y la cabra son protagonistas de platos exquisitos.

Sopas de tomate, sopas de patata, migas, cabrito asado, truchas rellenas, biscuit de higos o magro con tomate son sólo algunos ejemplos de la gastronomía de la región.

LAS GARGANTAS

La red fluvial de la comarca está representada por un conjunto de gargantas, que no dejan de ser valles encajados entre vertientes abruptas, enclavados a lo largo de toda la ladera Sur de la Sierra de Gredos.

De todas, destaca la garganta de Cuartos, a la que vierten sus aguas numerosos arroyos y torrenteras así como otras gargantas, entre las que podemos destacar las gargantas de Largarejo, Hortigal, Hoz, Meñas por el margen izquierdo y las gargantas de Caballerías, Matamoros y Vadillo por el margen derecho.

En estas gargantas se construyeron antiguamente molinos de agua de los que todavía hoy quedan restos.

FLORA

La flora se caracteriza por ser muy variada y estratificada en pisos bioclimáticos debido a las diferencias de altitud y a la topografía del terreno.

En las cumbres se da una vegetación escasa donde principalmente se dan escoberas y piornos, y, en menor medida pastizales, entre los que destaca la galana.

En las laderas de umbría y cerca de las gargantas aún se pueden encontrar plantas en peligro de extinción en la comarca como son el tejo y el acebo.

El siguiente estrato se da en las laderas rocosas donde puede encontrarse enebro, cuyos frutos se utilizan para la elaboración de licor y aguardiente, y brezo.

El árbol más representativo de la comarca es el roble. La bellota del roble antiguamente se utilizaba como combustible y como material para la construcción de viviendas, aunque hoy día solo es utilizado para la alimentación del ganado.

Otro árbol autóctono muy importante es el castaño, de cuyo fruto se alimenta tanto el ganado como los humanos y el cuál posee una madera de gran calidad usada para fabricar las vigas de soporte de las viviendas.

Más abajo, en el monte bajo, nos encontramos con helechos (utilizados para asocarrar los cerdos), cantueso, torvisco, ardiviejas, retamas, tomillo (utilizado para condimentar muchos alimentos y utilizado para dar sabor a las aceitunas en maceración), romero (planta aromática y medicinal), menta (utilizada por los ancianos para ahuyentar a los insectos en verano), la jara y una gran cantidad de pequeños arbustos.

Por último, en las riberas de las vías fluviales vemos alisos (utilizados para curar los males de garganta), fresnos (antiguamente utilizados para la alimentación del ganado), álamos y sauces.

FAUNA

El mamífero más simbólico de la comarca es la cabra montesa, cuyos machos poseen unos peculiares cuernos en forma de lira. Además de la cabra montés se puede encontrar el jabalí, la comadreja, la gineta, el tejón, el zorro y el conejo.

Hay una gran diversidad de aves. Hay rapaces diurnas como el milano negro, el milano real, el águila culebrera, el águila real, el elanio azul, el buitre leonado, el cernícalo… Rapaces nocturnas como el búho real, la lechuza común, el cárabo, el mochuelo… Córvidos como el cuervo, la grajilla, la chova, el rabilargo y el arrendajo.

De todas las aves la más emblemática tradicionalmente es la cigüeña blanca que, a día de hoy, está tendiendo a dejar de emigrar debido a su adaptación a los basureros y vertederos donde no falta comida en todo el año.

En las gargantas de Losar de la Vera hay truchas autóctonas, barbos, bogas y cachuelos. Por otro lado en los ríos y charcas se encuentran tencas, carpas, barbos y black-bass.

LOS CABREROS

Uno de los rasgos característicos de la comarca son los cabreros. Cabrero, es una de esas labores que siempre se ha traspasado de padres a hijos con un enlace generacional que establece unos fuertes vínculos de convivencia, inigualables con cualquier otra unidad familiar.

Es una profesión donde la formación es social y no académica que, sin posibilidad de plantearse otra alternativa, ha contribuido a la consolidación de prácticas emancipatorias con una aplicación envidiable del sentido común.

Los cabreros, así mismo, han contribuido de forma activa al cuidado del monte y colaborado en mantener el equilibrio ecológico de forma ejemplar.

Es una lástima que no hayan podido permanecer con su estructura tradicional, por diversas causas socio-económicas. Quizás las posibilidades tecnológicas actuales hagan posible el resurgimiento de estas células sociales, que son dignas de conocer en su estado actual, donde pueden seguir aportando mucho conocimiento del entorno en tertulias amenas cargadas de anécdotas.

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